Nutrición y Salud Oral

Nutrición y salud oral.

Tal vez ya se dio cuenta de que mantener una dieta equilibrada ofrece muchos beneficios para su salud en general. ¿Pero sabía que lo que come también afecta en forma directa la salud de sus dientes y encías? Todo comienza antes del nacimiento, mientras los dientes de leche comienzan a formarse en la sexta semana de embarazo y se mineralizan en el tercer o cuarto mes. Durante ese tiempo, la madre embarazada debe consumir mucho calcio (el componente principal de los dientes), junto con vitamina D, fósforo y proteínas. Los productos lácteos, como la leche, el queso y el yogur, los contienen. El brócoli y la col rizada también tienen calcio, mientras que las carnes son buenas fuentes de proteínas y fósforo. Estos alimentos también son importantes para los niños, cuyos dientes continúan desarrollándose y se mineralizan durante la adolescencia.

A lo largo de la vida, los tejidos orales se reciclan en forma constante: necesitan diversos nutrientes para poder seguir el proceso. Es igual de importante reconocer que las deficiencias nutricionales, una preocupación particular entre los adultos mayores que han perdido dientes, pueden reducir la resistencia a las enfermedades y reducir la capacidad de luchar contra las infecciones. Se han realizado estudios en los que se ha encontrado en forma sistemática que un gran consumo de frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer, tanto oral como de otros tipos. Por eso consumir una dieta nutritiva es importante para la salud oral, además de la general, a cualquier edad.

Comer Sano

¿Cuál es la mejor dieta para usted? Eso depende principalmente de su edad, sexo, altura, peso y la actividad física que realice. Pero en general, una dieta saludable se basa en los conceptos que se mencionan a continuación.

  • Variedad. Ningún alimento por sí solo puede cubrir todos los requisitos nutricionales diarios. Comer varios alimentos diferentes también hace las comidas más interesantes.
  • Equilibrio. Necesitamos comer a diario las cantidades recomendadas de alimentos de determinadas categorías. Puede encontrar cuáles son sus necesidades específicas en www.choosemyplate.gov
  • Moderación. No se pase de tamaño. Los alimentos y las bebidas deben consumirse en porciones apropiadas para cubrir las necesidades energéticas a la vez que se controlan las calorías, la grasa, el colesterol, el sodio y algo de particular importancia en el terreno dental: el azúcar.

Proteger sus Dientes

Su dieta (que incluye lo que bebe) juega un papel importante en la formación de caries y la erosión del esmalte. Su boca es hospitalaria por naturaleza para todo tipo de bacterias. Algunos de esos microorganismos son útiles y otros son dañinos, y muchos de los dañinos se multiplican rápidamente con un suministro constante de azúcar. Al procesar el azúcar de sus alimentos, esas bacterias producen ácidos que erosionan el esmalte de sus dientes y forman pequeños orificios llamados caries. Si no se tratan, las caries pueden empeorar, volverse bastante dolorosas y poner en riesgo la supervivencia de los dientes.

Las bebidas y la erosión dental.

Por eso es importante evitar los alimentos y bebidas con agregado de azúcar. Si tiene un antojo de azúcar (y todos lo tenemos de tanto en tanto), elija frutas frescas en lugar de una rosquilla o una barra de chocolate. Por suerte, no hay pruebas de que los azúcares de los alimentos integrales, las frutas y las verduras, y alimentos básicos ricos en almidones como el pan, el arroz y las papas sean dañinos para los dientes.

Las bebidas, sin embargo, son un doble problema para los dientes: muchos contienen no solo gran cantidad de azúcar (hasta 10 cucharaditas por lata de 12 onzas) sino que además son muy ácidos. Esto significa que erosionan los dientes al contacto, incluso antes de que las bacterias de la boca hayan procesado el azúcar que contienen. Pero aunque sean sin azúcar, el ácido puede dañar los dientes. Así que lo mejor es evitar las bebidas, las bebidas energéticas y deportivas, y el té helado en lata. Si toma una bebida en forma ocasional, enjuáguese después la boca con agua, pero no se cepille los dientes hasta que haya pasado al menos una hora. El cepillado erosionaría el esmalte dental, ya ablandado por el ácido.

Beber mucha agua puede ayudar a mantener un suministro saludable de saliva, que protege los dientes al neutralizar el ácido. También puede neutralizarlo si come un trozo de queso después de comer algo azucarado.

Por último, recuerde que no es solo lo que come lo que afecta el nivel de acidez de su boca, sino cuándo lo come. Comer bocadillos a lo largo del día, en especial papas fritas, galletas dulces o de soda, o dulces, hacen que su saliva nunca tenga oportunidad de neutralizar los ácidos dañinos que se producen. Por eso, si come dulces, hágalo solo a la hora de las comidas. Como incentivo adicional, quizás esto además lo ayude a mantener un peso saludable.

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